BREVE HISTORIA
Cueva de Santo Domingo en el Monasterio de Santa Cruz
Segovia tiene huella dominicana. Extramuros se conserva la Cueva de Santo Domingo,
entrañable lugar, evocador de su presencia orante y penitente. En la Navidad
de 1218, Domingo en su viaje de Italia a España, instituye en esta capital
el primer convento dominicano de frailes en España. Sencillo en los comienzos,
llegaría a ser de primer orden, con el nombre de la Santa Cruz.
El historiador Juan de Vera, en sus Estudios Segovianos, relata:
“Cuando Santo Domingo ascendiera a la Segovia de aquel tiempo desde
su covacha del Eresma es posible que más de una vez pasara rozando con sus
hábitos las piedras de una ciclópea construcción realizada
en los primeros tiempos de nuestra ciudad debida a Hércules,
y que andando los siglos fuera convento de sus hijas predicadoras.”
El documento más antiguo que acredita la fundación de las monjas en
la ciudad es un privilegio hecho por Alfonso XI, rey de Castilla y León.
Se sitúa la primera casa junto a la ermita de Santa Susana. Corría
el año 1350.
Juana de Luna, viuda de Luis Mejía con tres de sus hijas, Doña María,
Doña Mayor de Guzmán y Doña Catalina profesan en el convento
y le enriquecieron con su hacienda y mucho más con su virtud y gobierno.
Siendo Doña Mayor priora compra la casa y fortaleza de Hércules
a Juan Arias de la Hoz. A esta compra se añadirán
unas casa señoriales entre las iglesias parroquiales de la Santísima
Trinidad y San Quilez. Fray Alonso de Loaysa, prior provincial de religiosos y religiosas
de la Orden de Predicadores en los señoríos y reinos de Castilla aprueba
la solicitud de traslado de aquel lugar solitario y húmedo a éste
en el casco de la población.
Se trasladan al nuevo lugar, que hoy perdura, el 13 de junio de 1513.
El edificio es una antigua casa fortaleza, ejemplar típico de la arquitectura
civil del s. XII. La Torre de Hércules, que le da nombre, construida hacia
el s. XI, conserva en los frisos pinturas murales realizadas por los árabes
de la aljama segoviana que lo convierten en el más acabado ejemplar románico-mudéjar.
Monasterio de Santo Domingo el Real de Segovia
El Monasterio de Santo Domingo el Real en Segovia
La iglesia conventual es propia del barroco segoviano del siglo XVII y está
presidida por un retablo dorado, que ocupa el testero. En el lateral de la nave
encontramos otro buen retablo dorado y policromado, del s. XVI, que tal vez fuera
el mayor de la capilla primigenia.
El solar de una comunidad religiosa es el lugar donde Dios escucha y la criatura
ora, habla y canta.
Hace ya quinientos años que las dominicas se establecieron en este vetusto
edificio. Quinientos años de rezo continuado en esta capilla, donde las hermanas
comunican al fiel y al visitante aliento, fuerza y espíritu,
en la certeza de la Buena Nueva.